Pero como todo, lo bueno y lo malo, tiene un final, tuvimos que hacer recoger...rumbo a la sierra Gaditana, concretamente Villamartín, donde nos esperaba una gran colaboradora de NONINÁ y hermana de Nacho. Ella nos hizo todo el trabajo de costura del teatro...¡En un día!. Así que justo era pagarle llevándo la obra a la plaza de "su pueblo". Pasamos la noche entre cuentos de terror y pasteles de miedo de la confi de Santi. Despertamos en una mañana perfecta de Domingo, volvimos a montar el teatro, a desayunar al estilo titereturismo rural ( en el pellejero, que tiene un primo que se dedica a "eso").Y
Y ver cómo la plaza se iba llenando de niños y niñas a la espera de la prometida representación de títeres. Un placer, un lujo poder llegar a un pueblo, una plaza y tener un público ansioso de marionetas.
¡GRACIAS VILLAMARTÍN! ¡GRACIAS JEREZ!